Para el tratamiento de un paciente con cáncer existen diversas estrategias enfocadas a controlar la enfermedad y sus sÃntomas, la radioterapia es una de las modalidades de tratamiento que ha demostrado mejorar la supervivencia y reducir la recurrencia de los tumores.
La radioterapia consiste en aplicar altas dosis de radiación para destruir las células del cáncer y disminuir el tamaño de los tumores. Esta técnica ha demostrado que no afecta directamente los vasos linfáticos, encargados de extraer y transportar la linfa de nuestro cuerpo hacia los ganglios linfáticos, sin embargo la radiación sobre los tejidos afectados si lesiona el tejido aledaño al tumor, causando:
• Fibrosis que es como una cicatriz del tejido radiado, la cual dependiendo de la zona y el tamaño puede hacer un efecto de bloqueo de la circulación linfática.
• Provocando que la linfa se acumule en los tejidos, causando inflamación de la zona correspondiente del cuerpo.
• Cuando los ganglios linfáticos son invadidos por células tumorales y son tratados con radioterapia se genera fibrosis que impide que el ganglio filtre con normalidad la linfa, causando que esta se acumule en regiones ganglionares afectadas.
La acumulación de la linfa en los tejidos, genera inflamación de alguna zona del cuerpo, lo que se conoce como linfedema. Este fenómeno es un efecto secundario de la radioterapia que en los pacientes con cáncer puede implicar dolor, disminución o pérdida de la función, incomodidad, riesgo de lesiones e infecciones en la región afectada, esto a su vez impactara en la calidad de vida del superviviente.
En números, el linfedema post-radioterapia se presenta en el 30% de los pacientes que reciben tratamiento en una extremidad por Sarcoma, el 6% de estos son de grado moderado. En el cáncer de mama, cuando por cirugÃa se retiran los ganglios linfáticos de la axila y se adiciona radioterapia, el riesgo de presentar linfedema en los brazos va de 9% a más del 40%. La obesidad también juega un factor importante, el riesgo se incremente 3 veces más que en una persona no obesa. Casos de cáncer de ovario, vulvar, cervical y uterino, cuando reciben radioterapia posterior a tratamiento quirúrgico tienen más de un 40% de riesgo de presentar linfedema en las piernas, estos casos pueden variar también cuando se utilizan técnicas de radioterapia como la braquiterapia que es más localizada a comparación de la radioterapia de la región pélvica que es más extensa, estimando un riesgo del 11% al 71% respectivamente.
El linfedema post-radioterapia es posible disminuir su aparición, controlarlo y aliviarlo con técnicas enfocadas en ayudar a movilizar y drenar la linfa acumulada hacia los vasos linfáticos funcionales para mantener la circulación linfática, lo que disminuye progresivamente la inflamación, el dolor y la incomodidad, mejorando a su vez la funcionalidad y la calidad de vida del paciente oncológico.
Dichas técnicas son del dominio de los fisioterapeutas especializados en el cuidado de pacientes con cáncer, los cuales apoyarán dentro del equipo multidisciplinario a evaluar las necesidades y prioridades de cada uno, la causa del linfedema en cada caso y que intervención deberá individualizar en la rehabilitación del mismo.
Esto se conoce como terapia descongestiva compleja, la cual se basa en los siguientes pilares de cuidado: drenaje linfático manual mediante masajes, uso de mangas o vendaje multicapa y ejercicios linfokineticos.
Nuestra experiencia en estas técnicas, trabajando con equipos multidisciplinarios enfocados en el cuidado del paciente oncológico, nos ha dado la satisfacción de ayudarlos y cuidar de su salud.
En los próximos blogs detallaremos más sobre el linfedema y su tratamiento, te invitamos a comentarnos tus dudas u opiniones sobre nuestro blog y seguirnos en nuestras redes sociales:
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